El gran escritor romántico Lord Byron sentía un gran amor por los animales. A lo largo de su vida tuvo muchas mascotas, como por ejemplo un zorro, monos, loros, gatos, un águila, un halcón, gallinas de Guinea, un cuervo, un tejón, gallos, una grulla egipcia y una garza.
En la tumba de su perro Boatswain escribió:
"Aquí reposan
los restos de una criatura
que fue bella sin vanidad
fuerte sin insolencia,
valiente sin ferocidad
y tuvo todas las virtudes del hombre
y ninguno de sus defectos".