Hace unos días, la empresa de té Lipton cedió ante la presión de los asociados de PETA. A partir de ahora dicha empresa se compromete a no experimentar sus productos en animales. Este es un gran logro que muestra lo poderosos que somos los ciudadanos cuando nos unimos a través de la red. Todos juntos podemos cambiar el mundo y un paso decisivo es hacer boicot a los productos que se fabrican a costa del dolor de seres inocentes. Desde aquí os invito a cambiar vuestra forma de vida. Defender a los animales pasa por respetar su hábitat, cuidarlos, luchar contra su tortura y dejar de comérnoslos.
Por lo que respecta a la tortura, os doy una lista de marcas de cosméticos y productos de higiene que no experimentan con nuestros compañeros de viaje.
Avon, Body Shop, Channel, Clarins, Clinique, Christian Dior, Estee Lauder, Garnier, Lancome, Nectar, Nivea, Revlon, Wella, Ralph Lauren, Gucci Parfums y Lina Boccardi.
Como veis, hay marcas para todos los gustos y para todos los bolsillos.
Y, para terminar, quiero recordaros el artículo 8 de la Declaración Universal de los Derechos de los Animales:
La experimentación animal que implique un sufrimiento físico o psicológico es incompatible con los derechos del animal, tanto si se trata de experimentos médicos, científicos, comerciales, como toda otra forma de experimentación. Las técnicas alternativas deben ser utilizadas y desarrolladas.
Así sea.
Pero al fin y al cabo, todo es por culpa del ser humano, al igual que con lo de la crisis haya que sacrificar a animales, que yo sepa no se sacrifica a la gente porque ocupa sitio y acarea gastos en hospital etc, que la gente no diga que no es lo mismo porque es exactamente lo mismo, el ser humano llego después de los animales pero ahora se quiere imponer, mi raza me da asco y vergüenza
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo. El Homo Sapiens Sapiens llegó el último y se cree con derecho a disponer de todo como si fuese el rey de la creación. El ser humano no sabe disfrutar de la belleza que le rodea. Sólo sabe comprar, destruir, contaminar, odiar, mentir, torturar y consumir de forma compulsiva. Ya lo dijo Nietzsche: nos creemos el ombligo del universo cuando, en realidad, sólo somos una mota de polvo cósmico perdida en un pequeño rincón de una galaxia.
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